No marcó un gol, pero su intervención contó con un valor equiparable, ya que despertó un alarido de felicidad en el estadio. Matías Martínez protagonizó una jugada decisiva en la victoria 1-0 de Lanús ante All Boys, cuando a los 27 del segundo tiempo realizó una salvada tremenda de la valla de Marchesín, para despejar un disparo de Torassa que tenía destino de red. “No sé si fue como un gol, por suerte estuve ahí, la pude sacar y sirvió para ayudar al equipo”, explicó el defensor a aquella acción decisiva.
Inmerso en una zona mixta repleta de cámaras, micrófonos y periodistas, el zaguero compartió su visión del choque con el conjunto de Floresta y sostuvo: “Por suerte pudimos conseguir el gol para lograr los tres puntos que son importantísimos, sabiendo que se viene otro partido difícil con Tigre para quedar cerca de la punta”.
El Granate apeló a una importante rotación de engranajes, ratificando la tendencia de dosificación de energías por la doble competencia. En cuanto al cansancio, Matías razonó: “Fue un partido muy duro, del miércoles repitieron un par de jugadores, en mi caso me tocó estar el fin de semana pasado por lo cual pude terminar mejor que mis compañeros. Ahora tendremos otra vez un compromiso complejo, donde el técnico seguramente decidirá quienes jugarán para que estemos todos al cien por ciento”.
El elenco de Barros Schelotto tuvo que trabajar para quebrar la resistencia del Albo y Martínez expuso su opinión de las características del pleito al manifestar: “Nos controlar la pelota, no nos dejaban espacios, se pararon de contraataque y no podíamos crear el juego que Lanús nos tiene acostumbrados. Sin embargo, sumamos los tres puntos valiosos para la lucha por el campeonato”.
Ante la consulta de su situación personal, Martínez apeló a una sentencia interesante y sin tapujos, ya que aseveró: “Me siento muy bien, con la confianza del entrenador y mis compañeros, sabiendo que reemplazar a Paolo y Cali es una presión grande. Uno trata de ayudar y hacer un trabajo para el bienestar del equipo”.