Después de aquel cotejo con Peñarol de Uruguay, del 29 de julio, el rosarino ingresó en el quirófano el 17 de agosto. A partir de ese momento se activó el extenso proceso de rehabilitación, que incluyó un esfuerzo magno para atravesar las diferentes etapas. Motorizado en un deseo enorme de superación, y un físico privilegiado, Leandro logró una recuperación en tiempo récord.
Con todo este recorrido encima, el mediocampista vivió una mañana de viernes especial, ya que en su participación en el amistoso con Deportivo Español cumplió los seis meses de la operación. Por eso el sitio oficial entabló diálogo para retratar sus concepciones.
-¿Cuáles son las impresiones de esta fecha tan particular?
-La verdad es que tengo una sensación única, porque esperé muchísimo por este día, por conseguir el alta médica definitiva. Contaba los días para que llegue y al fin llegó. Estoy muy feliz de volver a estar al cien por cien.
-¿Qué repercutía en tu mente en los primeros días de la lesión?
-Recuero que ese mismo día me preguntaba muchas cosas, como por ejemplo porqué tenía que pasarme a mi o porqué ahora. Pasaron varias semanas y seguía con bronca.
-¿Cómo cambiaste el chip?
-En un momento dije basta, esto puede pasar y son cosas del fútbol. Me tuve que operar y me dije ahora mismo pienso solo en volver y nada más. Así fue. Por eso hoy es un día muy especial para mí.
-Evidentemente posees una condición física distintiva.
-Los médicos y kinesiólogos estaban muy contentos porque veían que mi recuperación cada día mejoraba más y más y me daban palabras de aliento para que siga así y no afloje. Creo que fueron las ganas de volver a las canchas lo más rápido posible. El apoyo de mi familia, esposa, amigos y compañeros fue fundamental para evolucionar velozmente.
-¿Dudaste en algún momento de qué pasaría con tu carrera?
-Y al principio sí, porque creo que estaba en mi mejor momento. Por eso tengo convicción de volver a un buen nivel.