LR:- La verdad que son únicas. Algo inesperado, no era común. Desde la fila de gente en la calle Cabrero, que vino a acampar tres días antes. Ninguno tomó dimensión, de lo que es hoy el club y lo que progresamos a partir de ese día. Fue un logro bisagra para todo lo que vino después. Fue un premio a tantos años de unidad política y de sacrificios. Hoy disfrutamos de los últimos éxitos, pero hay gente que ya no está y que construyó desde esa base hace años. Todo nace de un proyecto y pensamiento de varias personas que se juntaron para generar recursos. El club es un monstruo. Tiene muchos empleados y demanda mucha gestión. Esta camada de dirigentes, que venía hace tiempo desde atrás, siempre estuvo respaldada por los dirigentes en estos últimos 18 años. Alejandro (Marón) y Nicolás (Russo) estuvieron 9 años cada uno. Ahora se viene un cambio general. Lo que ratifico es la unidad política, que es el único camino que se tiene para seguir creciendo.
-¿Cuál es el secreto de la promoción de tantos jugadores de nuestra cantera?
LR:-Muchos años de trabajo, de personas que no salen en notas, que trabajan a diario y muchas horas. De Infantiles a Juveniles pasando por empleados y dirigentes del club. Hoy tenes cinco o seis integrantes de este plantel que hacen diez o doce años que vienen formándose desde otros técnicos. La del 2007 fue la primera gran camada que nos dio el título y el reconocimiento. Después fue todo más parejo. Es difícil mantener una vara tan alta, por lo menos para un club como Lanús. Nosotros debemos de tener una buena economía y administración. No podemos salir a comprar como hacen los equipos grandes. Hay que mirar un montón de cosas para tener un equilibrio en todo sentido.
-¿En qué partido sentiste que se podía dar la consagración?
LR:- Fueron varios. El de Tigre, como local. Sin embargo, el que más me impactó fue el de Rosario Central por lo difícil que es esa cancha. Voy a todas las canchas desde chico y esa debe ser de la peor para jugar. Históricamente nos costó mucho “El Gigante de Arroyito”. Es complejo jugar los partidos, estar en la tribuna. Ahí, el equipo dio una muestra fuerte de carácter y se encaminó al título.
-En ese sentido, ¿Cuáles son tus memorias de las épocas en las que Lanús estuvo en el ascenso o no era el equipo de Primera que es hoy?
LR:-Me acuerdo todos los nombres del equipo del 84´, que nos costó la semifinal con Racing. Tengo muchas vivencias de mi infancia, pero este es otro club gracias a muchas personas anónimas que no aparecen hoy y que hicieron un gran esfuerzo con la base de la Unidad Política. Es la única manera que nos podemos mantener.
-En la asamblea, Alejandro Marón expresó que Lanús nunca será una Sociedad Anónima Deportiva, ¿Cuál es tu punto de vista?
LR:- Es gestión y honestidad para marcar un rumbo. Lo vienen marcando generaciones de dirigentes anteriores. Obviamente tratar de pelear lo más arriba posible y no hacer locuras. Nunca vamos a tener un messías que nos venga a salvar. El día que nos vaya mal, será muy difícil que nosotros podamos seguir teniendo la fábrica de jugadores, invertir plata en las inferiores, subir jugadores y comprar o vender. Un refuerzo nunca viene mal para apuntalar a los más jóvenes, pero siempre con el equilibrio entre lo deportivo y económico. Eso es lo más importante para sostenerse. Nosotros fuimos copiando modelos, mejoramos otras cosas. La realidad es que hacemos lo que se lleva a cabo desde antes. Igualmente te remarco nuevamente que lo importante es la Unidad Política.
-¿Qué objetivos a largo y corto plazo se proponen?
LR:- Tenemos muchos sueños y objetivos. La meta es tener un club ordenado, con una buena solidez. Desde lo deportivo todo. Ojalá podamos hacer un buen torneo el año que viene. Tenemos plantel y un club que puede crecer todavía más. Nunca nos vamos a conformar. Agradezco a los que nos apoyan porque el club es de los socios.
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