El Granate logró un cimbronazo al tumbar al puntero Deportivo Viedma, con un tremendo 100-85 que abrochó en su estadio, para sumar la segunda alegría al hilo y frenarle el envión de cuatro victorias consecutivas del rival. Esta performance puede oficiar de reverdecer para el equipo que ahora conduce Sebastián Burtín que engordó a 31.5 puntos su cosecha en la tabla (6-9), mientras que los patagónicos continúan en la cima con 38 unidades (10-5).
El dueño de casa disfrutó de una tarea integral, lo que se refleja en la enorme capacidad ofensiva desarrollada, que se basó en cinco hombres en doble dígito anotador, con los extranjeros Roberts (20) y Ryan (18) como usinas, pero sobre todo con una productividad notable en los triples (11/25, 44%).
El Granate salió a disputar un golpe por golpe contra Viedma, que se especializa por el alto ritmo de posesiones y decisiones rápidas en sus ataques. Esa apuesta funcionó desde el salto inicial, con mucha determinación de todos los engranajes. Así, el local elevó su vértigo y ejecutó con mucho acierto en campo contrario y a través de diferentes manos, como Ryan en el primer tiempo (14 puntos) o Chaine en el tercer capítulo (8 en ese segmento).
Viedma corrió de atrás toda la noche y se apoyó en el desequilibrio furioso e incontrolable de Eidintas (24 unidades) y padeció durante un lapso muy profundo del pleito de la baja efectividad de tercera dimensión (1/10 en el primer tiempo). La única vía confiable de ese apartado fue Capponi (4/9). Esa exigua efectividad lo indujo al visitante en apresuramientos y le permitió correr algunos contraataques al oponente.
El Granate consiguió algunas rentas importantes, pero el Depo siempre se las ingenió para regresar, como en el arranque del último cuarto cuando empató 75-75, a los 3 minutos. En ese tramo complejo, Lanús encontró en el joven Roveres una solución con 9 puntos en el segmento, cuando ingresó para darle descanso a Chaine. El quiebre definitivo llegó con los triples de Roberts y el aplomo de Bruna, así se escapó 97-79, con 2 minutos en el reloj.
El elenco de Guillermo Bogliacino ya no pudo retornar ante un rival que conservó la mente fría en el instante más adverso y terminó celebrando una victoria muy estimulante por la talla de Viedma y por las turbulencias de las últimas semanas.