En un juego signado por los errores del árbitro Saúl Laverni, el conjunto del Mellizo no fue un derroche de fútbol pero sí hizo lo necesario para doblegar a su adversario. Bajo la conducción anímica de Lautaro Acosta (tuvo una noche messiánica), exigió varias veces al arquero Nicolás Navarro. El adversario pocas veces inquietó, y en las oportunidades que insinuó peligro lo hizo a través de balones detenidos.
Una estadística que preocupa pero por la que no hay que desesperares inútilmente. Por segunda vez consecutiva, el Grana desperdició un penal. Contra Newell’s falló Román Martínez; ayer dilapidó su chance Nicolás Aguirre. Molesta esta realidad porque el conjunto del Sur podría haber cerrado el primer chico con mayor diferencia en el marcador, pero la serenidad debe imponerse.
Más allá de esta situación, los hombres de Guillermo nunca decayeron ni le entregaron el control del cotejo a Gimnasia. Con algo de enjundia y mucha obstinación llegó el tanto. A pura zurda. ¿Por qué? Porque desde el pie izquierdo del ingresado Nico Pasquini salió un balón hacia Maxi Velázquez, quien de cabeza venció la valla gimnasista. En esa misma maniobra, toda la defensa visitante aplicó un achique innecesario y dejó a cinco futbolistas de Lanús en posición de gol.
Barros Schelotto anunció que dejará el Club de Barrio más Grande del Mundo luego del desquite. Recibió un reconocimiento y un caluroso cariño por parte de la parcialidad del dueño de casa. Pero aún le queda un objetivo por cumplir y, conociéndolo, seguramente irá por todo para cumplirlo. En La Plata nos despediremos para encontrarnos en un tiempo.
