El Club Lanús tiene varias fechas emblemáticas dentro de su riquísima historia. Eso lo saben todos los hinchas. Sin embargo, el 24 de mayo de 1992 es sumamente particular, debido a que en aquel día nuestro equipo consiguió su ascenso definitivo a Primera División. Han pasado 26 años y ese episodio sigue latente en nuestras mentes y corazones.
Entonces dirigido técnicamente por Miguel Ángel Russo, Lanús arrasó por completo en la temporada 1991/92 de la B Nacional. Se consagró campeón una fecha antes de que terminase el campeonato, con la victoria por 2-0 contra Deportivo Maipú en La Fortaleza de madera. Los goles de aquella tarde fueron convertidos por César Domingo Angelello y Gilmar Gilberto Villagrán.
El Granate terminó el torneo con 57 puntos en su haber, producto de 21 victorias, 15 empates y apenas seis derrotas. Además, fue el conjunto con mayor poder de fuego (64 goles a favor) y el que consiguió la segunda valla menos vencida (34). Sólo San Martín de Tucumán concedió menos tantos a los largo de los 42 partidos (33). En segundo lugar había finalizado Almirante Brown.
Miguel Ángel Gambier, que Dios lo tenga en la gloria, se erigió en el máximo artillero de Lanús, con 24 festejos sobre 38 juegos. Es decir que ostentó un promedio de tantos por encuentro de 0,63. Sí, una absoluta bestialidad. Detrás del Pampa aparecieron Mingo Angelello (11) y Villagrán (9).
“A este club le estoy eternamente agradecido. Hoy hay pertenencia y yo luché mucho para eso. Todo lo qué pasó con el ascenso fue muy lindo”, había expresado Miguel Russo hace unos años, en una fiesta organizada por el club para conmemorar este logro.
Más de un cuarto de siglo ha pasado desde que volvimos a la categoría de élite. En ese momento comprendimos que todo lo que hoy somos era posible, no se trataba de un simple sueño o fantasía. Hoy lo recordamos y nos emocionamos.
Entonces dirigido técnicamente por Miguel Ángel Russo, Lanús arrasó por completo en la temporada 1991/92 de la B Nacional. Se consagró campeón una fecha antes de que terminase el campeonato, con la victoria por 2-0 contra Deportivo Maipú en La Fortaleza de madera. Los goles de aquella tarde fueron convertidos por César Domingo Angelello y Gilmar Gilberto Villagrán.
El Granate terminó el torneo con 57 puntos en su haber, producto de 21 victorias, 15 empates y apenas seis derrotas. Además, fue el conjunto con mayor poder de fuego (64 goles a favor) y el que consiguió la segunda valla menos vencida (34). Sólo San Martín de Tucumán concedió menos tantos a los largo de los 42 partidos (33). En segundo lugar había finalizado Almirante Brown.
Miguel Ángel Gambier, que Dios lo tenga en la gloria, se erigió en el máximo artillero de Lanús, con 24 festejos sobre 38 juegos. Es decir que ostentó un promedio de tantos por encuentro de 0,63. Sí, una absoluta bestialidad. Detrás del Pampa aparecieron Mingo Angelello (11) y Villagrán (9).
“A este club le estoy eternamente agradecido. Hoy hay pertenencia y yo luché mucho para eso. Todo lo qué pasó con el ascenso fue muy lindo”, había expresado Miguel Russo hace unos años, en una fiesta organizada por el club para conmemorar este logro.
Más de un cuarto de siglo ha pasado desde que volvimos a la categoría de élite. En ese momento comprendimos que todo lo que hoy somos era posible, no se trataba de un simple sueño o fantasía. Hoy lo recordamos y nos emocionamos.