La acción para el Granate comenzó en la cancha ocho, ya que el preperador físico Diego Ossés llevó a cabo una activación con movimientos de coordinación.
Luego la práctica viró de escenario y la tripulación de Jorge Almirón saltó a los campos cuatro y cinco para realizar dos ejercicios técnicos-tácticos. Las tareas constaron de la implementación de tres áreas en el mediocampo, donde se disputaban la posesión del balón y a un tiempo determinado se soltaba al ataque con seis en condición ofensiva y una línea de cuatro defensores.
Esta propuesta se repitió, pero con la variante de cinco hombres para defender. En este trabajo se conjugaron los conceptos de la tenencia en espacios reducidos, la presión, la maniobras en ataque y la definición. Una vez finalizada la faena, la plantilla desarrolló un trote alrededor de las canchas para descargar y flexibilidad como último requisito.