El calendario abrió un lapso para aprovechar, un espacio para perfeccionar aspectos del funcionamiento. Inmerso en esta detención de la Superliga, Lanús completó una nueva práctica en el Polideportivo “Lorenzo Francisco D´Ángelo”, el miércoles.
La tripulación de Ezequiel Carboni inició la jornada en el gimnasio, ya que el preparador físico Héctor Cóceres diseñó una entrada en calor que incluyó movilidad, flexibilidad y zona media, a lo largo de media hora.
Tras esa fase, la acción se trasladó a los campos cuatro y cinco del predio, donde el cuerpo técnico preparó tres ejercicios a la vez. La idea primaria de este circuito pasó por la mecanización de movimientos ofensivos y la definición. En un sector se llevó a cabo maniobras de ataque, sin oposición, con la búsqueda de centros de los laterales para la entrada en el corazón del área para rematar. En otro espacio se realizó un control de balón entre conos y disparo de media distancia, que continuaba con una carrera oblicua y definición de primera. Estos ejercicios se desarrollaron en tres bloques de diez minutos.
Como última propuesta, el entrenador diagramó un fútbol en espacio reducido, en una mitad de cancha, con el enfrentamiento de dos equipos de doce players y un comodín. Con la regla de tres toques, ambos combinados debían atacar con velocidad y culminar las jugadas.
La buena noticia de la mañana estuvo en el normal desenvolvimiento de Marcelo Herrera y Marcelino Moreno, quienes se reinsertaron a la par del plantel. El defensor superó los análisis por la hematuria (sangre en orina), que le impidió trabajar el lunes y martes, mientras que el delantero se recuperó definitivamente del esguince de tobillo derecho.
La tripulación de Ezequiel Carboni inició la jornada en el gimnasio, ya que el preparador físico Héctor Cóceres diseñó una entrada en calor que incluyó movilidad, flexibilidad y zona media, a lo largo de media hora.
Tras esa fase, la acción se trasladó a los campos cuatro y cinco del predio, donde el cuerpo técnico preparó tres ejercicios a la vez. La idea primaria de este circuito pasó por la mecanización de movimientos ofensivos y la definición. En un sector se llevó a cabo maniobras de ataque, sin oposición, con la búsqueda de centros de los laterales para la entrada en el corazón del área para rematar. En otro espacio se realizó un control de balón entre conos y disparo de media distancia, que continuaba con una carrera oblicua y definición de primera. Estos ejercicios se desarrollaron en tres bloques de diez minutos.
Como última propuesta, el entrenador diagramó un fútbol en espacio reducido, en una mitad de cancha, con el enfrentamiento de dos equipos de doce players y un comodín. Con la regla de tres toques, ambos combinados debían atacar con velocidad y culminar las jugadas.
La buena noticia de la mañana estuvo en el normal desenvolvimiento de Marcelo Herrera y Marcelino Moreno, quienes se reinsertaron a la par del plantel. El defensor superó los análisis por la hematuria (sangre en orina), que le impidió trabajar el lunes y martes, mientras que el delantero se recuperó definitivamente del esguince de tobillo derecho.
