El plantel de Jorge Almirón finalizó el trabajo de esta semana inusual sin compromisos oficiales, con una práctica realizada el viernes en el Polideportivo “Lorenzo Francisco D ´Ángelo”.
El Granate culminó el recorrido de los entrenamientos, ya que el cuerpo técnico decidió otorgarle licencia el fin de semana, por lo cual la plantilla se reencontrará el lunes para intensificar la preparación del cotejo con Unión de Santa Fe, del próximo viernes.
La jornada comenzó en el gimnasio, donde el preparador físico Diego Ossés delineó una sesión de fuerza en todos los grupos musculares, durante cuarenta minutos.
Tras esa fase, la acción se trasladó a las canchas cuatro y cinco del predio, donde el entrenador diagramó un fútbol en espacio reducido, con el enfrentamiento de dos elencos de diez, en un terreno de 60×45 por veinte minutos. El ejercicio contó con una consigna, ya que aquel jugador que perdía el balón debía pagar una penalidad con una actividad física, ya sea flexiones o abdominales.
En la continuidad de la práctica, Almirón armó una circulación táctica, en la cual un equipo recorría, sin oposición, diferentes movimientos para definir, con el objetivo de mecanizar maniobras y fijar conceptos. Esta propuesta se llevó a cabo durante quince minutos.
Los lesionados Marcelo Herrera, José Luis Gómez, Román Martínez, Rolando García Guerreño y Marcelino Moreno se movieron de manera diferenciada en el campo, bajo la atenta supervisión de los kinesiólogos.
Una vez finalizada la práctica se produjo una experiencia movilizadora, ya que el cuerpo técnico invitó a los alumnos de la escuela de educación espacial 507 de Monte Chingolo a jugar un picado con varios futbolistas.
El Granate culminó el recorrido de los entrenamientos, ya que el cuerpo técnico decidió otorgarle licencia el fin de semana, por lo cual la plantilla se reencontrará el lunes para intensificar la preparación del cotejo con Unión de Santa Fe, del próximo viernes.
La jornada comenzó en el gimnasio, donde el preparador físico Diego Ossés delineó una sesión de fuerza en todos los grupos musculares, durante cuarenta minutos.
Tras esa fase, la acción se trasladó a las canchas cuatro y cinco del predio, donde el entrenador diagramó un fútbol en espacio reducido, con el enfrentamiento de dos elencos de diez, en un terreno de 60×45 por veinte minutos. El ejercicio contó con una consigna, ya que aquel jugador que perdía el balón debía pagar una penalidad con una actividad física, ya sea flexiones o abdominales.
En la continuidad de la práctica, Almirón armó una circulación táctica, en la cual un equipo recorría, sin oposición, diferentes movimientos para definir, con el objetivo de mecanizar maniobras y fijar conceptos. Esta propuesta se llevó a cabo durante quince minutos.
Los lesionados Marcelo Herrera, José Luis Gómez, Román Martínez, Rolando García Guerreño y Marcelino Moreno se movieron de manera diferenciada en el campo, bajo la atenta supervisión de los kinesiólogos.
Una vez finalizada la práctica se produjo una experiencia movilizadora, ya que el cuerpo técnico invitó a los alumnos de la escuela de educación espacial 507 de Monte Chingolo a jugar un picado con varios futbolistas.
