Para Gremio, el otro grande de Porto Alegre, será su quinta vez que logra el acceso a la final, con dos victorias en 1983 y 1995 y dos subcampeonatos en 1984 y 2007, este último a manos de Boca y un sublime Juan Román Riquelme. El equipo gaucho, en su camino hacia la final se cruzó a Godoy Cruz en octavos de final, que superó sin problemas con un resultado global de 3-1. En cuartos de final, un rival brasileño se hizo presente, fue Botafogo y el cruce se caracterizó por la parejosidad, el gaucho empató 0-0 visitando a su rival y en su casa con un gol de diferencia sacó pasajes a la semifinal donde su rival fue un asombroso Barcelona de Ecuador, superándolo de visitante 3-0 e hiriéndolo de muerte al conjunto azulgrana. Nuevamente en su tierra lograría pasar de fase a pesar de perder.
El camino a la final para granates y tricolores fue parecido, ambos ganaron sus grupos de clasificación obteniendo la misma cantidad de puntos: trece unidades. Que dos equipos brasileños y argentinos lleguen a una final sigue demostrando la supremacía de dichos países en la región y a nivel mundial, se enfrentaron en la definición en 13 oportunidades y Argentina saca una importante ventaja, con nueve triunfos contra cuatro de Brasil.
Los encargados de impartir justicia serán el chileno Julio Bascuñán y el paraguayo Enrique Cáceres apoyados por el VAR a cargo del venezolano Jesús Valenzuela en el partido de ida y del paraguayo Mario Díaz de Vivar para la vuelta. Dicho sistema encargado de la revisión de determinadas jugadas tuvo un papel preponderante en la semifinal de vuelta entre Lanús y River que despertó las críticas de periodistas, jugadores y técnicos por su parcialidad a la hora de implementar dicha tecnología.
Por otra parte, las voces resonantes se hicieron escuchar, tal es el caso de uno de los mejores jugadores de todos los tiempos: Diego Armando Maradona, confeso simpatizante de Lanús exclamó: "¡Viva Lanús! No me cabe la menor duda de que van a poner todo para ganar”. El número diez nunca ocultó su amor por el club granate y expresó: "Nacido en el hospital Fiorito de Lanús, no puedo dejar de darle mi aliento a los muchachos que salen a la cancha y a la gran hinchada de Lanús", sintetizando culmino: "Dios quiera que obtengan este torneo y que Lanús siga creciendo”. Por otro lado, el argentino Lucas Barrios aportó su sinceridad: “Cuando tienes una final así, es difícil no pensar en ella. La ciudad toda está pensando en esta final, que el Gremio hace mucho tiempo no disputa. ¿Cómo no vamos a pensar en ella?”
Las cartas están echadas y Argentina y Brasil con sus respectivos representantes, Lanús y Gremio, harán lo imposible para alzar la copa, las ciudades están alborotadas y sus hinchadas sólo sueñan con añadir la chapa con su nombre ese 29 de Noviembre.