Con el sabor agridulce de su empate en Santa Fe, Lanús retomó la senda de los entrenamientos el martes a la mañana, luego de dos días libres que otorgó el cuerpo técnico.
La tripulación de Guillermo Barros Schelotto trabajó en las canchas número cuatro y cinco del Polideportivo, donde se llevó a cabo un intenso ejercicio táctico. La propuesta se basó en un enfrentamiento de dos equipos de once jugadores, donde el entrenador remarcó constantemente movimientos y conceptos. A partir de estas características, se trató de una mecanización de jugadas, con mucha preponderancia para la presión en campo adversario.
La buena noticia de la jornada pasó por la reincorporación del uruguayo Alejandro Silva, quien se recuperó definitivamente de su desgarro en el recto anterior de la pierna izquierda. El lateral se desenvolvió con normalidad. Por su parte, el delantero Oscar Benítez trabajó de manera diferenciada.
La incesante lluvia aceleró la finalización de la práctica en el campo de juego y el plantel continuó su faena en el gimnasio, bajo la supervisión del preparador físico Javier Valdecantos.
La expulsión de Matías Fritzler en el empate con Unión abre el interrogante de quién ocupará su lugar, aunque todo parece indicar que será Jorge Ortiz, lo que invitaría a pensar en la inclusión de Nicolás Aguirre en el mediocampo.
Tras las duchas en vestuarios el defensor Carlos Araujo dialogó con la prensa y compartió su punto de vista de la igualdad en Santa Fe. “Nos quedamos disconformes sobre todo por el segundo tiempo, creo que fue un tiempo para cada uno, pero tranquilos porque el equipo hizo un buen partido en la primera etapa”, soltó el Pipi.
En cuanto la variación en el rendimiento entre un capítulo y el otro, Araujo razonó: “Creo que pasó por los estados de ánimo, porque teníamos el partido controlado y después que nos convirtieron ellos crecieron y nosotros disminuimos nuestro nivel”.
Ante la consulta de qué aspectos habría que modificar para recibir a Arsenal, el lateral afirmó: “Hay que apuntar a seguir creciendo, por un segundo tiempo malo no hay que enloquecerse”.