La tripulación de Jorge Almirón continúa con la puesta a punto para el estreno en el torneo doméstico. El Granate desarrolló su segundo estímulo de trabajo de la semana, en el polideportivo, el martes, en turno matutino.
Lanús orientó sus energías en el inicio de la Superliga, que se producirá en Córdoba, el sábado a las 18.05, en el estadio Mario Alberto Kempes.
La acción de la jornada comenzó en el campo ocho del predio, donde el preparador físico diseñó un calentamiento dirigido con coordinaciones y aceleraciones.
Tras esa fase, el cuerpo técnico planeó una serie de ejercicios intensos, con el balón y la mecanización de movimientos como protagonistas. En una mitad de cancha se realizó un fútbol en espacio reducido (55×40 metros), que estuvo delimitado por cuatro zonas, en el que se enfrentaron dos elencos de ocho, cuya consigna se basó en el pase entrelíneas.
En otro sector, se midieron dos combinados de cuatro integrantes, en un campo dividido en el que se incentivó la habilitación para la definición de un atacante contra el arquero, en un espacio de 16 metros. En la continuidad de la práctica, la plantilla se prestó a otro reducido en un terreno de 32×40 metros, que se caracterizó por la utilización de dos grupos de cuatro futbolistas, que tenía cada uno cuatro apoyos ofensivos. Al unísono, ocho players llevaron a cabo una circulación de pases.
Para finalizar, Almirón aprovechó todos los conceptos trabajados para desenvolver un fútbol táctico, en un campo de 70×70 metros, con la oposición de dos conjuntos de once. La tarea concisa se extendió por seis minutos.
Los lesionados Gabriel Ramírez (golpe en acromioclavicular) Nicolás Aguirre (desgarro en el semimembranoso) y Matías Sánchez (edema en gemelo izquierdo) se movieron de manera diferenciada con el kinesiólogo Nicolás Riscossa.
Lanús orientó sus energías en el inicio de la Superliga, que se producirá en Córdoba, el sábado a las 18.05, en el estadio Mario Alberto Kempes.
La acción de la jornada comenzó en el campo ocho del predio, donde el preparador físico diseñó un calentamiento dirigido con coordinaciones y aceleraciones.
Tras esa fase, el cuerpo técnico planeó una serie de ejercicios intensos, con el balón y la mecanización de movimientos como protagonistas. En una mitad de cancha se realizó un fútbol en espacio reducido (55×40 metros), que estuvo delimitado por cuatro zonas, en el que se enfrentaron dos elencos de ocho, cuya consigna se basó en el pase entrelíneas.
En otro sector, se midieron dos combinados de cuatro integrantes, en un campo dividido en el que se incentivó la habilitación para la definición de un atacante contra el arquero, en un espacio de 16 metros. En la continuidad de la práctica, la plantilla se prestó a otro reducido en un terreno de 32×40 metros, que se caracterizó por la utilización de dos grupos de cuatro futbolistas, que tenía cada uno cuatro apoyos ofensivos. Al unísono, ocho players llevaron a cabo una circulación de pases.
Para finalizar, Almirón aprovechó todos los conceptos trabajados para desenvolver un fútbol táctico, en un campo de 70×70 metros, con la oposición de dos conjuntos de once. La tarea concisa se extendió por seis minutos.
Los lesionados Gabriel Ramírez (golpe en acromioclavicular) Nicolás Aguirre (desgarro en el semimembranoso) y Matías Sánchez (edema en gemelo izquierdo) se movieron de manera diferenciada con el kinesiólogo Nicolás Riscossa.
