Como suele ocurrir con el primer estímulo tras un encuentro, el plantel trabajó en dos grupos separados. Aquellos que viajaron a San Juan se movieron en el gimnasio, donde realizaron tareas regenerativas, que incluyeron labores aeróbicas en las bicicletas, para luego continuar con ejercicios musculares con aparatos y para finalizar movilidad y flexibilidad.
Por su parte, el resto de la plantilla saltó al césped de la cancha cuatro para iniciar con una activación de potencia aeróbica con balón. Luego, el cuerpo técnico diagramó un ejercicio de fútbol en espacio reducido, que se caracterizó por la implementación de tres arcos, por lo cual uno de los equipos de siete jugadores debía definir en una valla, mientras que el restante podía elegir por dos metas.