El Grana se hizo gigante en Rosario

La púa pegó bruscos saltos en el electrocardiograma, marcando el paso de ese corazón que bombeó a un ritmo fulminante. Ese cuore que sufrió, pero que salió a flote, en esa arena caliente, para asestar un golpe tremendo. En el marco de un partido de alto voltaje, Lanús logró un impresionante triunfo 2-1 frente a Rosario Central, como visitante, por la 10ma jornada del Torneo de Transición 2014.
Con los goles de Silvio Romero y Matías Martínez, el Granate hilvanó su sexto juego sin derrotas y limó distancias con el puntero, dado que llegó a 20 puntos y se acomodó como único escolta a solamente dos de River Plate.
La tarde noche rosarina entregó un encuentro vibrante, repleto de emociones, con dos contendientes que focalizaron su mira en el arco contrario. Desde el pitazo de Pablo Lunatti se empezó a construir esta dinámica electrizante, dado que el visitante propició la primera situación de peligro con un gran contraataque, que Romero no pudo conectar tras la habilitación de Acosta. Ni siquiera se habían acomodado los fotógrafos.
El elenco de Barros Schelotto continuó ejerciendo su presión alta y aprovechando los espacios que derivaban de un retroceso ineficiente del oponente. En una nueva transición rápida de defensa-ataque, y con la precisión como aliada, Silva habilitó a Ortiz, que enfrentó mano a mano a Caranta, pero el arquero atoró bien para enviar el esférico al córner, cuando apenas habían transcurrido siete minutos.
El desarrollo se caracterizó por un tránsito liviano por el césped, dado que ambos equipos emplearon sus recursos para acercarse continuamente al área. Central dispuso de sus oportunidades, como un enganche de Encina cerca del punto penal, que le permitió sacar un fuerte latigazo que Ibáñez desvió por arriba, a los 15.
El Granate no aminoró su vocación ofensiva y otra vez Ortiz, uno de los más activos en el primer tiempo, originó un sobresalto con un tiro libre que besó el ángulo derecho, a los 26.
Toda esa sensación de peligro constante se transmutó en la red a los 35, con una estupenda contra armada por Lanús, que contó con un exquisito pase entrelíneas de Araujo para Romero, quien en un gran desmarque vulneró la salida de Caranta y abrió el marcador. Un premio a la audacia y constancia del Granate.
Luego del gol, el conjunto de Miguel Russo engendró embates, producto de la desesperación, pero no creó nítidas ocasiones en el desenlace de la etapa inicial.
Las presunciones de una merma en el ritmo no se concretaron en el segundo tiempo. Central y Lanús se empecinaron en seguir incrementando el ping pong y así dificultar la tarea de los editores televisivos. Romero demoró su definición y le sacaron el débil zurdazo en la línea, a los 3.
La alegría explotó en la testa de Martínez, que corrigió la trayectoria de una pelota parada de Velázquez para inflar la red, a los 9 minutos, y firmar la ventaja de 2-0 para Lanús. Justo el defensor que despejó todo en la terraza del área propia.
Russo activó la reacción del Canalla con las modificaciones, para hallar otras vías distintas a los desbordes y centros. Con el lógico rebaje del Granate, el local salió a buscar el descuento, motorizado en el amor propio. El ingresado Acuña vulneró la estupenda tarea de Ibáñez, a los 19, para achicar cifras.
En otra confirmación del partidazo, Lanús escapó del asedio rival y tuvo en un taco de Acosta la chance de estirar la brecha, en una fluida combinación de ataque, pero un defensor ahogó el grito en la boca del arco, a los 26. Somoza también obligó la volada de Caranta, en el rebote del córner de la jugada anterior.
Las pulsaciones conservaron su marcha ascendente, con una tapada de Ibáñez al primer palo a un remate de Ferrari, otra estirada fenomenal del uno para sacar un potente intento de Barrientos y la sacudida al travesaño de Delgado.
Guillermo rearmó la estructura con la entrada de Ayala, para el agrupamiento de un 4-4-2. Con esta formación, el Grana aguantó los últimos 15 minutos en su campo, para intentar neutralizar a un Central decidido a igualar las acciones. El nerviosismo se apoderó de la escena y los corazones granates padecieron ese cierre, con los siete minutos de adición. Después de presentar un verdadero concierto de inteligencia ofensiva, Lanús confirmó su triunfo en la tenacidad y convencimiento colectivo para superar el bombardeo del oponente en el epílogo.  

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