El futuro de la excelencia en gimnasia artística se halla en las atletas más pequeñas, que son las que sueñan con grandes metas, de manera inocente y viven las exigencias sin presiones, como si lo único que les importara sea divertirse para ingresar en un mundo idealizado. Luciana Korcsog y Azul Chiorazzo son nenas con enormes virtudes, que les permiten pertenecer a la elite femenina. Por primera vez en la historia el Club Lanús consigue este gran logro y eso constituye un orgullo para la zona sur.
Esta categoría está conformada por las mejores gimnastas de todo el país y ofrece la oportunidad de entrar al selectivo para las competencias sudamericanas. En ese objetivo se encuentran enfocadas las niñas que integran la minoría selecta. Por esa razón es muy importante la contención que reciben por parte de la familia y del club que le brinda atención psicológica. Este apoyo es importante porque más allá de las condiciones físicas, el control lo tiene la mente y con ella se puede llegar a donde quiera.
Motorizadas en la satisfacción por este logro, ambas gimnastas se encuentran inmiscuidas en una etapa muy ardua de preparación. Por eso la entrenadora Analia Morales explicó: “Ahora estamos realizando una pretemporada para que el cuerpo aguante el esfuerzo físico. Entrenan mínimo cuatro horas y trabajamos con médicos y psicólogos del club”. Este proceso incluye doble turno, por lo que practican con un estímulo matutino y uno vespertino, que se extenderá hasta marzo.
Las protagonistas de este hecho tan especial respiran todos los días la pasión por la gimnasia, la que les despierta la más sincera sensación de diversión. Luciana y Azul, de 12 y 10 años respectivamente, sueñan con convertirse en profesionales de la disciplina e incluso proyectan una vida juntas, ya que anhelan dictar clases en un espacio propio.
Este deporte fantástico se caracteriza en el Club Lanús por conjugar armoniosamente la recreación y la alta competencia, lo que lo erige en un lugar ideal para desandar esta disciplina.
