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LANÚS ARROLLÓ A QUILMES Y SE PUSO EN VENTAJA EN LA SERIE

El Granate derrotó con extrema contundencia al Cervecero por 80-50, en el primer punto de la llave de cuartos de final.

Embebido en el deseo incontrolable de debutar en los playoffs, tras un periodo de espera, Lanús saltó a la arena con una enorme concentración y pulcritud para desarrollar su plan de juego. El Granate ejecutó con pasmosa eficiencia su idea y subyugó a Quilmes desde el salto inicial.

El elenco de Sebastián Saborido dominó con autoridad y nunca le entregó un resquicio al rival para concretar un triunfo inapelable de 80-50, como local, para tomar la ventaja 1-0 en la serie de cuartos de final de la Conferencia Sur. 

Postal de ayer en el duelo Lanús-Quilmes.

Motorizado en una labor colectivo sumamente atildada, con cuatro hombres arriba del doble dígito anotador, el Grana disfrutó de los aportes de Joaquín Ríos con 14 puntos (3/5 en triples) y 5 rebotes, además de la tarea de Augusto Alonso, autor de 10 tantos y 5 asistencias. En el rincón perdedor se destacó Andrés Lugli con 10 unidades y 14 rebotes.

Bajo una atmósfera ideal de playoffs, con un estadio repleto, la trama comenzó con un Lanús prolijo, que apostó por ataques extensos en el estacionado, con mucha circulación de balón y pase extra. En tanto que la visita cayó en la trampa de los apresuramientos. A pesar de una mejor prestación, el local cerró arriba 13-6, en un marco de bajos porcentajes (31% de cancha para el anfitrión y 12% para el Cervecero).

El Rotili fue una verdadera fiesta.

En el segundo capítulo, el dueño de casa estiró 19-6, a los dos minutos, pero ahí surgió una reacción de Quilmes, que vivió su único pasaje altamente productivo con un parcial 10-0, para achicar 19-16, con 4:45 minutos, de la mano de De La Fuente (8). Rápidamente, Lanús recuperó la fluidez y le pagó con una corrida 16-5 para clausurar en ganancia clara  35-21.

Tras las charlas en vestuarios, la escuadra de Saborido profundizó su supremacía, con una comunicación directa de triples (4/6) y más rapidez para salir de contraataque, por eso se escapó 50-26, a falta de 4:35 minutos en el reloj. Lugli esbozó una reacción del Cervecero, pero no alcanzó para subsanar las enormes dificultades de la ofensiva de su equipo (6/17 de campo). Por eso, el local terminó con una renta mayúscula de 60-35.

El último episodio se tornó prácticamente innecesario, porque el pleito ya estaba resuelto en favor de Lanús, que aprovechó para dosificar las energías de sus jugadores. Con un tránsito liviano y sin la rigurosidad defensiva de otros tramos, el cotejo navegó a su finalización con una victoria tremenda del Granate.

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