El Museo Granate les ha ofrecido a los socios del Club Atlético Lanús una nueva conferencia muy ilustrativa, que giró en torno a un tema pocas veces tocado. ¿Cuál? La situación de los clubes durante la última dictadura cívico-militar y el caso específico de la entidad del Sur.
En esta oportunidad asistieron los sociólogos Rodrigo Daskal y Mariano Gruschetsky, quienes arrojaron luz sobre cómo funcionaron las instituciones en la era más oscura y sangrienta de la República Argentina.
“La autonomía de los clubes se mantuvo fuerte con respecto al campo político nacional. La represión política no impidió el crecimiento de algunos. En todos se siguió votando”, comentó Daskal. A su vez, agregó que corrió riesgos el modelo de gestión de las asociaciones civiles sin fines de lucro.
“Estuvo en juego el modelo de los clubes argentinos. Y sobrevivió a la dictadura, con idas y vueltas; eso no es menor porque es un modelo que tiene más de 100 años y ha sobrevivido a muchas empresas. Eso habla de su fortaleza”, aseguró Daskal luego.
Gruschetsky fue un poco más a fondo y se focalizó especialmente en Lanús: “Uno puede reconstruir la historia futbolística de los clubes, pero el resto tiene que verse en las memorias y balances. En varios eso está, como acá. Si uno empieza a tirar del hilo, todas las cuestiones se van vinculando”.
EL CLUB LANÚS, ANTES Y DURANTE DEL GOLPE CÍVICO-MILITAR DE 1976
“En los 50s y 60s la masa societaria se mantuvo estable, tirando a la baja, pero Lanús sí creció territorialmente. En los 70s me encontré con una crisis económica importante, aunque es difícil dimensionarla porque Argentina casi siempre tuvo crisis”, indicó Gruschetsky.
Al mismo tiempo subrayó: “En el 73 asumió Lorenzo D'Ángelo, de extracción peronista. En ese momento se revivió la lucha política nacional en el club. Cuando vino el golpe militar, D'Ángelo se vio obligado a renunciar, sin un motivo claro. El que toma el mando es Francisco Leiras, un personaje totalmente externo a la política del club y que tenía vinculación con el grupo Sasetru”.
“Vino con una lógica privatista, su idea era hacer negocios. Hubo una tendencia en los clubes de colocar a mecenas como directivos. A Leiras finalmente lo destituyeron en 1978. Fue un momento de inestabilidad política y el conflicto se dio todo el tiempo”, añadió.
“En la dictadura no había espacios políticos en ningún lado, pero en el Club Lanús la política estuvo a flor de piel. No sólo se votó, sino que hubo reuniones y asambleas. Los clubes veían un panorama autónomo”, afirmó, dejando en evidencia que la participación de los socios en aquella época resultó fundamental para el crecimiento que hoy vemos.
En esta oportunidad asistieron los sociólogos Rodrigo Daskal y Mariano Gruschetsky, quienes arrojaron luz sobre cómo funcionaron las instituciones en la era más oscura y sangrienta de la República Argentina.
“La autonomía de los clubes se mantuvo fuerte con respecto al campo político nacional. La represión política no impidió el crecimiento de algunos. En todos se siguió votando”, comentó Daskal. A su vez, agregó que corrió riesgos el modelo de gestión de las asociaciones civiles sin fines de lucro.
“Estuvo en juego el modelo de los clubes argentinos. Y sobrevivió a la dictadura, con idas y vueltas; eso no es menor porque es un modelo que tiene más de 100 años y ha sobrevivido a muchas empresas. Eso habla de su fortaleza”, aseguró Daskal luego.
Gruschetsky fue un poco más a fondo y se focalizó especialmente en Lanús: “Uno puede reconstruir la historia futbolística de los clubes, pero el resto tiene que verse en las memorias y balances. En varios eso está, como acá. Si uno empieza a tirar del hilo, todas las cuestiones se van vinculando”.
EL CLUB LANÚS, ANTES Y DURANTE DEL GOLPE CÍVICO-MILITAR DE 1976
“En los 50s y 60s la masa societaria se mantuvo estable, tirando a la baja, pero Lanús sí creció territorialmente. En los 70s me encontré con una crisis económica importante, aunque es difícil dimensionarla porque Argentina casi siempre tuvo crisis”, indicó Gruschetsky.
Al mismo tiempo subrayó: “En el 73 asumió Lorenzo D'Ángelo, de extracción peronista. En ese momento se revivió la lucha política nacional en el club. Cuando vino el golpe militar, D'Ángelo se vio obligado a renunciar, sin un motivo claro. El que toma el mando es Francisco Leiras, un personaje totalmente externo a la política del club y que tenía vinculación con el grupo Sasetru”.
“Vino con una lógica privatista, su idea era hacer negocios. Hubo una tendencia en los clubes de colocar a mecenas como directivos. A Leiras finalmente lo destituyeron en 1978. Fue un momento de inestabilidad política y el conflicto se dio todo el tiempo”, añadió.
“En la dictadura no había espacios políticos en ningún lado, pero en el Club Lanús la política estuvo a flor de piel. No sólo se votó, sino que hubo reuniones y asambleas. Los clubes veían un panorama autónomo”, afirmó, dejando en evidencia que la participación de los socios en aquella época resultó fundamental para el crecimiento que hoy vemos.