La celebración del Club Lanús por haber ganado la Copa del Bicentenario aún se festeja. Y se festejará por mucho tiempo más, por tratarse del quinto trofeo oficial ganado por la institución en 101 años de historia.
El torneo se resumió en un solo partido. La atmósfera era adversa, como la que suele presentar el Cilindro de Avellaneda. Pese a esto, Lanús mostró solvencia y doblegó a un cuadro con mucho nivel individual pero flaco colectivamente.
Y la maniobra resultó mal para Racing, ideólogo de este torneo. Varios de los elementos del Granate que jugaron ayer ya partieron hacia nuevos horizontes. Uno de ellos fue Matías Ibáñez, quien reemplazó de gran manera al suspendido Fernando Monetti.
El golero partió a Temperley y ya entrenó con el primer equipo de la entidad de Turdera. Pero dejó su huella y legado en Arias y Guidi: “Salimos campeones y eso no se cambia por nada. No quiero que se termine más esto”.
Al mismo tiempo, Ibáñez sostuvo que tiene claro sus nuevos objetivos personales, pero remarcó que se llevará este logro por siempre en el corazón: “Me tengo que presentar en otro club en búsqueda de continuidad. Pero me voy feliz, salimos campeones. Mejor que eso, nada”.
“Mañana pensaremos en otros objetivos”, sentenció el arquero. Y sus palabras se diluyeron para darle lugar al festejo. Fue una de las figuras del cuadro granate en la tarde del estadio racinguista y tiene bien merecidos los buenos deseos. ¡Éxitos en tu nueva etapa, Mati!