El Mundialito 2019 se acerca a su momento cúlmine. José Luis “Pino” Lodico es un histórico jugador del Club y trabajador del futbol infantil. Para él, que el torneo lleve su nombre representa algo más que orgullo: “Lo que más me emociona de todo esto es que se reconozca una época. A partir de 2007 se han logrado cosas maravillosas. Con mi nombre estamos recordando a todos los que estuvimos en esa época que no tiene nada que ver con esta, una época que tuvo mucho sacrificio y sufrimiento”.
Pino actualmente trabaja en las divisiones formativas y en el Mundialito en sí: “Organizar el Mundialito no es una tarea sencilla. No solo por la cantidad de chicos, sino por la coordinación del grupo de trabajo para cubrir desde la mañana hasta la noche en las distintas sedes. Se hace con un entusiasmo y profesionalismo que hay que destacar”.
A propósito del torneo y del éxito del mismo, destacó la importancia que tiene en los clubes de barrio: “El Mundialito es el más importante de todo el país. Esto se confirma año a año por la cantidad de equipos que se anotan para participar. A los clubes no solo les sirve para mostrar a los jugadores sino que Lanús pone a disposición rifas con premios. Con ese dinero cubren necesidades”. Todos los jugadores participantes del torneo tienen su respectiva medalla; sobre esto, Pino mencionó: “Ningún chico se queda con las manos vacías. Eso nos llena de alegría a nosotros que trabajamos para que el Mundialito salga bien”.
Pino habló con sabiduría sobre su rol y el de los formadores: “Hay que estar más que preparado para desarrollar a los chicos. En Lanús se trabaja en conjunto con todos los departamentos para que tengan un futuro mejor. No todo pasa por ganar partidos sino que uno se enfoca en que vayan mejorando como personas. En este camino nuestro profesionalismo es fundamental. De nuestro trabajo depende en gran medida el futuro de cada uno de los chicos que han confiado en nuestro club para dar los primeros pasos”.
Antes de finalizar, indicó qué significa Lanús para él: “Me vio crecer, me dio amigos, me permitió compartir vestuario con enormes jugadores. Me hizo vivir momentos inolvidables. Mi familia está muy ligada, yo conocí a mi señora en la pileta del Club, mi hija trabajó como psicóloga, mis nietos están en la pileta o en infantiles, mi hermano Carlos trabaja en el Club como coordinador. Mariano (hijo de Carlos) es preparador físico. Gastón juega en la primera. El padre de él juega al tenis y compite para el club”. Para cerrar, dejó una frase con claro sentido de pertenencia: “Lanús no es un lugar de trabajo, es parte de mi vida y la de mi familia y una parte que me hace muy feliz, de la cual espero poder disfrutar mucho tiempo más. Realmente es mi casa”.
Pino actualmente trabaja en las divisiones formativas y en el Mundialito en sí: “Organizar el Mundialito no es una tarea sencilla. No solo por la cantidad de chicos, sino por la coordinación del grupo de trabajo para cubrir desde la mañana hasta la noche en las distintas sedes. Se hace con un entusiasmo y profesionalismo que hay que destacar”.
A propósito del torneo y del éxito del mismo, destacó la importancia que tiene en los clubes de barrio: “El Mundialito es el más importante de todo el país. Esto se confirma año a año por la cantidad de equipos que se anotan para participar. A los clubes no solo les sirve para mostrar a los jugadores sino que Lanús pone a disposición rifas con premios. Con ese dinero cubren necesidades”. Todos los jugadores participantes del torneo tienen su respectiva medalla; sobre esto, Pino mencionó: “Ningún chico se queda con las manos vacías. Eso nos llena de alegría a nosotros que trabajamos para que el Mundialito salga bien”.
Pino habló con sabiduría sobre su rol y el de los formadores: “Hay que estar más que preparado para desarrollar a los chicos. En Lanús se trabaja en conjunto con todos los departamentos para que tengan un futuro mejor. No todo pasa por ganar partidos sino que uno se enfoca en que vayan mejorando como personas. En este camino nuestro profesionalismo es fundamental. De nuestro trabajo depende en gran medida el futuro de cada uno de los chicos que han confiado en nuestro club para dar los primeros pasos”.
Antes de finalizar, indicó qué significa Lanús para él: “Me vio crecer, me dio amigos, me permitió compartir vestuario con enormes jugadores. Me hizo vivir momentos inolvidables. Mi familia está muy ligada, yo conocí a mi señora en la pileta del Club, mi hija trabajó como psicóloga, mis nietos están en la pileta o en infantiles, mi hermano Carlos trabaja en el Club como coordinador. Mariano (hijo de Carlos) es preparador físico. Gastón juega en la primera. El padre de él juega al tenis y compite para el club”. Para cerrar, dejó una frase con claro sentido de pertenencia: “Lanús no es un lugar de trabajo, es parte de mi vida y la de mi familia y una parte que me hace muy feliz, de la cual espero poder disfrutar mucho tiempo más. Realmente es mi casa”.