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Solidaridad en Santa Fe

Desde el principio de los tiempos, la división equitativa de los bienes ha sido uno de los mayores anhelos de gran parte de la humanidad. En fin, eso sucedió ayer en el encuentro que disputaron en Santa Fe Unión y Lanús. Cada cuadro asumió el protagonismo durante 45 minutos y el resultado, por consiguiente, acabó igualado.

Como ante Belgrano, el Granate encontró mayor rédito explotando las bandas. El Laucha Acosta rindió como siempre y ocasionó peligro. ¿Por qué otra vez un buen rendimiento? Porque fue el único de los tres delanteros con licencias para no colaborar defensivamente, y de esta manera aportó todos sus recursos en ataque. Lucas Melano, asimismo, mostró algunas facetas interesantes, aunque por momentos también se vio enredado por la defensa unionista.

Como ante Quilmes, el gol del conjunto de Guillermo Barros Schelotto tuvo la misma génesis. La receta estuvo compuesta por los mismos ingredientes: pelota parada, centro de Maxi Velázquez y envío a las redes por parte de un delantero. Antes fue el Tanque Silva; ayer el festejo estuvo a cargo de Acosta.

El mediocampo se erigió en una zona en la que la visita tuvo algunos problemas. Ayala y Ortiz jamás pudieron encontrarse dentro del campo, mientras que el Polaco Fritzler -expulsado sobre el final del cotejo- se vio doblado por el tándem Martínez-Rivas. Pese a eso, plantó cara y controló a los hombres tatengues para que Velázquez pasara habitualmente a campo contrario y tener tiempo de retroceder.

Las oportunidades generadas y el dominio plasmado en la mitad inicial cambiaron de propietario en el entretiempo. El Tate incomodó en reiteradas chances al arco visitante de la mano de Enrique Triverio, que no solo anotó el gol de la paridad sino que todo lo que hizo después, lo hizo a la perfección. Además, también colaboró la presencia del ingresado Diego Villar, quien siempre trae complicaciones.

Lanús resistió los embates del dueño de casa con 11 jugadores. Cambió su tradicional 4-3-3 a un 4-4-2 para conseguir un punto que terminó con sabor agradable. Ya sin Fritzler, el Mellizo no abandonó el ataque y colocó al juvenil Gonzalo Di Renzo para conformar un 4-3-2 para no resentir a la formación en el aspecto defensivo.

Una atmósfera hostil no pudo doblegar a la escuadra del Sur, que sufrió la llamativa cifra de siete amonestados. Algo poco habitual en un elenco que está lejos de ser violento. El Campeonato 2015 dará revancha por sus características naturales. El hincha sabe que el equipo seguirá evolucionando. La próxima escala para esa mejoría es Arsenal de Sarandí.

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