Pablo Bruna creció en el complemento, con Mariano Gago haciéndose cargo de la base, el cordobés se liberó y aportó en muchos rubros (9 puntos, 9 rebotes, 4 asistencias y 3/6 en triples), al igual que Martín Franchino que mejoró su labor con 10 puntos.
El dueño de casa cambió, supo descubrir cómo leer el trámite, contuvo mejor la lluvia de triples del oponente (1/9 en el segundo tiempo). Aunque no pudo controlar a Fuller (15 unidades). El extranjero se convirtió en un dolor de cabeza en la pintura, lo que estimuló la entrada del joven Augusto Roveres, que se peleó con el norteamericanno y también lastimó en ataque.
Después de transpirar, de buscar el equilibrio propio, de ajustar al rendimiento del rival, Lanús construyó su victoria en un espectacular cuarto decisivo. En el que dañó, edificó maniobras colectivas muy interesantes y dispuso del alimento de la rotación del banco (25 puntos de la banca contra 4 del rival).
Así, el Grana sumó su segunda alegría al hilo para llegar a 25 puntos. Por su parte, el elenco de Julián Pagura hilvanó la octava derrota consecutiva, para ostentar 10.5 unidades.