Lanús construyó un título que seguramente quedará tallado a piedra en su riquísima historia, que poco a poco comienza a tener los trofeos que merece. El equipo de Jorge Almirón redondeó en el estadio Monumental una performance absolutamente incontestable, completa en todos los aspectos. En Arias y Guidi será imposible dormir durante los próximos días, pero el hambre no parará por nada del mundo. Una vez que ganás un título, querés otro y otro.
Tardó poco tiempo el Granate en entrar en clima de final. Apenas el árbitro Darío Herrera indicó el inicio del encuentro, la concentración era máxima. No tuvo complicaciones para doblegar a los hombres más determinantes de San Lorenzo, Fernando Belluschi y Ezequiel Cerutti. Asimismo, los pistones cuervos en los laterales intervinieron poco ante los imparables Miguel Almirón y Lautaro Acosta.
La mitad de la cancha fue toda del conjunto del Sur bonaerense. El Ciclón de Boedo jamás pudo plantar bandera y extrañó en demasía a Néstor Ortigoza. Es cierto, Franco Mussis y Juan Mercier contuvieron por momentos la voracidad de Lanús, en especial en el tramo final del primer tiempo. Pero Iván Marcone les ganó a pulseada. Allí radicó una de las equivocaciones de Pablo Guede, entrenador sanlorencista: sacrificó al ex volante de Gimnasia La Plata e introdujo a Pablo Barrientos. De esa manera, le entregó la cancha al Grana sin tapujos.
Con el Pitu sobre el césped, el cuadro azulgrana debía ganar en juego; pero Mercier solo no fue suficiente para detener los embates de Lanús. Así llegaron el segundo y tercer gol. Toque, velocidad e inteligencia para aprovechar estancias enteras. Junior Benítez, asimismo, pudo reivindicarse. Se ha convertido en un jugador de finales. Su tarea hizo acordar a la que tuvo en 2013 ante Ponte Preta. Indomable, abrió la cuenta en Núñez y encarriló la obtención del campeonato. Qué paradoja: en la semana, Almirón dudó entre él y Pablo Mouche hasta último momento.
El condimento emocional también se dio cita. ¿Por qué? Porque ayer hubiese cumplido años Diego Barisone, nuestro jugador que perdimos físicamente pero que nos acompaña siempre. En los festejos, los actuales integrantes del plantel mantuvieron vivo su recuerdo en todo momento.
Lanús ha conseguido tres de sus cuatro títulos en estadios emblemáticos del fútbol mundial: el Campín de Bogotá, La Bombonera y el Monumental. La Sudamericana se produjo en La Fortaleza, pero comenzó a tomar forma en el mitológico Pacaembú de Sao Paulo.
El Grana, así, hace relucir su chapa.