El gesto de preocupación y desazón se transmutó con el resultado en Núñez, que le devolvió la ilusión. Bajo esa tónica, Lanús retomó el camino del trabajo el jueves, luego de la caída frente a Tigre.
La tripulación de Barros Schelotto entrenó en el estadio principal, donde los titulares en Victoria llevaron a cabo tareas regenerativas, mientras que los suplentes hicieron fútbol en espacio reducido. La buena noticia de la mañana pasó por la intervención de Jorge Ortiz, quien se recuperó de un hematoma en el peroné derecho y ya está a disposición para el compromiso con Independiente. El mediocampista se explayó sobre su rehabilitación: Hoy por primera vez hice fútbol, quise probar para ver cómo estaba y el tobillo respondió bien. Estoy a disposición del técnico si me necesita y para sumar al grupo.
Por su parte, Silvio Romero se movió en el gimnasio de manera diferenciada por una molestia en el aductor de la pierna izquierda, aunque los estudios arrojaron que no presenta gravedad y no tendría inconvenientes para jugar en Avellaneda. En cuanto a esta situación, el cordobés explicó: Salí por precaución y para tratar de llegar bien al próximo partido. Creemos que voy a llegar bien.
Otro de los puntos de atención de la jornada estuvo en la quinta amarilla acumulada por Lautaro Acosta y según deslizaron desde el cuerpo técnico se solicitaría el artículo 225, ya que Víctor Ayala y Gustavo Gómez se encuentran afectados a los amistosos de la selección de Paraguay. También podría incurrir en esta posibilidad el defensor Maximiliano Velázquez, quien fue expulsado en Victoria.
Tras las duchas en vestuarios, Romero se refirió al ánimo del plantel y sostuvo: El partido de River nos dio una nueva ilusión, seguimos ahí a dos puntos y eso en el grupo cayó muy bien.
El goleador de Lanús en el torneo con nueve goles profundizó en la definición del campeonato y describió: Se puso lindo el torneo, vamos a ir partido a partido, sabiendo que el lunes es el encuentro más importante, porque es justo con Independiente y si ganamos van a quedar más lejos de la pelea.
